Hace un mes se realizó un encuentro de compañeros de colegio (LSA) que surgió producto de la inquietud de unos pocos pero que rápidamente se masificó.
Se llegó a contactar casi a 30 personas de los distintos paralelos que estuvimosen el colegio. Cada curso tenía 45 alumnos y eran 3 paralelos: A (Humanista), B(Biológico) y C (Matemático). Si bien en el colegio los compañeros de cada curso eran unidos, entre los distintos paralelos la unión dependía bastante de la historia de las personas ya que la estructura implementada por el colegio, que los dividía en todo (ramos, competencias, etc...) no lo facilitaba.
Como todo en la vida, hubo amistades que perduraron los casi 14 años que han pasado desde que salimos del colegio, hubo otras que no resistieron y hubo gente que nunca conocimos.
Con todo este historial a cuestas llegamos al encuentro.
Reconozco que mi percepción previa de él era precavida al menos, pensaba que la distancia y el tiempo no facilitaran el pasar de la velada y estuvieramos viendonos las caras toda la tarde. Por suerte, o por el tiempo pasado, no fue así.El encuentro fue un éxito por todos lados: la comisión organizadora se lució, la gente llegó contenida pero a la media hora todo el mundo hablaba con todo el mundo, amistades resurgieron y gente que nunca había hablado en su vida terminó conversando.
El tiempo inexorable pasó por todos de distintas maneras: más gordos/flacos, más pelados/pelucones, más sufridos/alegres... pero como dice el tango 14 años no es nada...
En el fondo, o por los momentos en que duró el encuentro, fuimos los mismos de antes, los jóvenes que alguna vez compartieron sala y patio y que dejamos el colegio con la idea de ganarle a la vida.
Quien sabe si nos volveremos a juntar, si las amistades se retomarán o si seguiremos nuestros caminos ya trazados pero lo importante es que por unas horas se olvidó el presente y revivimos nuestros años de juventud.
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